El día está ideal para reflexiones y balances. En realidad no siento que este sea el último día del 2012, pero así me pasó todo el año. No sentí que fuese el último día de las cosas, debe ser porque uno siempre se está presionando para que así sea. La última vez que bailé en el teatro, me pasé todo el día diciéndome "hoy bailás por última vez como alumna de la escuela, después de 10 años, vas a tener que llorar" y en el momento ni se me cruzó por la cabeza. Debe ser porque las cosas simplemente pasan y listo, no las sentimos diferentes aunque nuestra mente nos lo haga (o nos lo quiera hacer?) sentir. "Ésta es la primera vez", "ésta es la última", "ésta es especial porque sí", a fin de cuentas termina siendo mucho mayor la carga que le queremos poner a las cosas para que nos sean importantes que las cosas por cómo terminan siendo. Dicho lo cual, me remonto a este 31 de diciembre. El año pasó tan rápido que todavía estoy tratando de procesar y entender qué pasó y si todo lo que pasó lo viví. La sensación que tengo en este momento es de sinsabor el cual podría ir acompañado de un "meh". Tuvo muchas cosas buenas, conocí a mucha gente excelente, me recibí, aprendí muchas cosas, bla bla pero también tuvo muchas cosas malas y uno no puede decir que es un buen año cuando pasa algo que le hace doler el alma entera (no cuando pasa por primera vez por lo menos). Entonces simplemente lo voy a tomar como un año de aprendizaje, de cierre de muchas (muchas) etapas y de apertura a muchas nuevas (que en definitiva todo esto sólo me hace sentir que el 2013 es una prolongación de las cosas buenas de la última parte del año, eso espero). Tengo a mi familia, a mis amigos, a mis compañeros, a (casi) todos mis seres queridos. No puedo pedir más.  Feliz año!

Me di la cabeza contra el suelo. Ojalá pudiese vivir en mis ilusiones.

No sé, no sé dónde estás 
Ya sé, ya llegué hasta aquí 
y te extraño tanto... 

Después de caminar con el viento y el frío de frente, mi viejo me miró y me preguntó qué me pasaba, porque me veía los ojos tristes. "Nada" contesté, realmente no me pasaba nada.
De pronto, todo lo que tenía pensado en mi cabeza se dio vuelta. Será que lo que pasó, eso que tengo en la mente desde hace unos días, me impactó más de lo que pensé y me afecta a tal punto de reflejarse en mi mirada? o el hecho de que pudiera descubrir algo de lo que me estaba pasando hizo que me aterrara como si se me estuviese yendo de las manos o como si fuese más serio de lo que consideraba?
Él siempre tuvo puntería para esas cosas, diría que tiene un sentido especial.
Me fui y estuve a punto de ponerme a llorar, como todos los días desde que encontré el pañuelo de mi mamá. Como si tuviese la sensibilidad a flor de piel.

Y vos no tenés ni idea.

No me conocía y me describió de la mejor forma.
 "para mí, te la tendrías que jugar más".